Toñi, con la lección aprendida de casa y de algunas escuelas de su pueblo, empezó a cursar los estudios de patronaje y confección en Metrópolis, donde, al finalizar se quedó trabajando como profesora hasta 2008. Gracias a Pilar, profesora de diseño de Sevilla de Moda, entró a formar parte del profesorado de Sevilla de Moda en la materia de patronaje.
Una trayectoria profesional centrada en la docencia, solo en los periodos de vacaciones cosía de forma particular, Toñi Ortíz es una apasionada del patronaje que lo transmite a diario en sus clases, con una ilusión que consigue hacer desaparecer la dificultad de hacer patrones. Hacer de lo complicado algo sencillo.
Rodeada de papel, lápiz, tijeras y reglas y con el entusiasmo que la caracteriza, explica la disciplina del patronaje en colectivo, aunque como ella comenta “hay quien en seguida coge la explicación y quien no, por ello luego, se lo vuelvo a explicar personalmente. Incluso lo hago de forma diferente porque no todo el mundo lo entiende de la misma forma, a cada uno se le da lo que necesite y cómo lo necesite”.
A la hora de poner en práctica la teoría y comenzar a realizar patrones, tal como nos explica Toñi, en primer lugar se toman las medidas para que cada alumno se oriente y luego se lleva al papel. Se empieza con el patrón base, luego con la transformación y posteriormente se lleva a un maniquí para que vea como queda, y según Toñi en esta última parte es cuando los alumnos más se sorprenden del trabajo realizado.
La dificultad del patronaje está en el principio, “es como subir una escalera, de escalón en escalón, se aprende poco a poco. A medida que se avanza va resultando menos difícil por el conocimiento que se ha adquirido en el paso anterior”. Pero como siempre ocurre tanto en la vida como en el aprendizaje, “hay a quien le cuesta más pero porque realmente no le interesa mucho la materia. A quien le gusta es una evolución más rápida”. Y precisamente son a estos alumnos a los que no les atrae a quienes ella intenta animar de forma que “le vean un punto al patrón para que acabe gustándole o que, al menos, lo haga bien”.
Tras más de 20 años de experiencia en la docencia, Toñi es consciente de que lo más complicado a lo que se enfrentan sus alumnos y que es lo que les suele resultar más difícil son las transformaciones, que consisten en modificar el patrón base conforme al diseño que se quiera llevar a cabo. Para ella lo fundamental para un buen patrón es la base, “porque un buen patrón que esté muy bien pulido, donde esté muy bien estructurado es un apoyo muy grande, lo cual implica que la transformación tendrá muchas más modificaciones posibles”.
En Sevilla de Moda se trabaja paralelamente con patrones tanto industriales como a medida para que los alumnos conozcan ambas técnicas. Aunque como nos comenta Toñi, “normalmente los alumnos suelen decantarse por el patrón a medida, ya que no hay medidas estipuladas y esto hace que les motive bastante y es fácil una vez que empiezan a trazar líneas”. Hace hincapié, de nuevo, que el grado de dificultad reside en que le guste o no y “eso es un problema que intento solucionar explicándoselo de una manera en la que acaban aprendiendo, se lo haces ver sencillo”.
Actualmente el patronaje también se está realizando a través de programas informáticos, lo que hace plantearnos la pregunta de si se dejará de hacer de forma manual, Toñi afirma no creer que se pueda dejar de hacer manualmente con regla y papel aunque reconoce que aquellas personas que sepan utilizarlo tendrán más posibilidades de encontrar trabajo, “yo misma me encontré ante esa situación e intenté aprender el patronaje por ordenador. Los alumnos de Sevilla de Moda completan su formación de patronaje por ordenador que imparte Juan Galocha”.
En la materia de patronaje los alumnos son evaluados por varios aspectos como la asistencia, la limpieza del patrón, además de pruebas y exámenes en el que deben sacar el patrón con una transformación, “y es ahí donde puedo observar cómo se desenvuelven dependiendo si el patrón tiene añadidos o si está bien marcado en general, entre otras cosas”.
Es comúnmente conocido que toda prenda bien hecha nace de un patronaje perfecto, Toñi asiente y añade que “el patrón es como los cimientos de una casa”. Aunque también considera que “en la confección si el patrón no viene perfecto y ya lo ha traído cortado digamos que tiene la capacidad de cambiarlo en la prenda y quede bien aunque no esté el patrón correcto”. Piensa que es fundamental que el patronista deba saber coser y al contrario.
Por esta misma razón el patrón y la confección van cogidos de la mano y “eso es lo bueno que tenemos en Sevilla de Moda, que la materia de patronaje y confección están unidas, ambas profesoras trabajamos juntas y nos compaginamos muy bien, es una conexión que hace que el resultado sea bueno, pues se pueden paliar los errores que vengan del patrón y viceversa”.
Así mismo y siendo consciente de que un diseñador debe saber tanto de confección como de patronaje, añadió que igualmente tanto el patronista y toda persona que cose debe saber de diseño, “para que el diseñador le presenté su idea ambos sepan entenderla a la perfección”.
Toñi ha estado en los dos lados, aprendiendo y enseñando, con muchos años de trayectoria, la pregunta era inevitable, ¿es más difícil enseñar o aprender?, “las dos cosas me gustan aunque prefiero enseñar. Yo aprendí rápido, primero porque necesitaba aprender lo antes posible por temas económicos y luego como me gustaba tanto, algo que es fundamental, conforme iba aprendiendo demandaba más dificultad”.
Como experta en la docencia afirma que, “a la vez que enseñas también aprendes. La lección la hace el maestro y el alumno. Te das cuenta que cada día vas aprendiendo de cada alumno”. Considera que transmitir los conocimientos con entusiasmo y pasión es clave en la enseñanza.